Olga es una chica que he conocido hace muy poco, ella trabaja de noche y yo de día, así que la única forma de poder conocernos fue quedar para desayunar, fue en un bar donde ella va a menudo, muy cerca de su casa, como yo estoy casado y ella lo sabe, no paraba de decirme que sería solo para tomar algo y conocernos, pues ella nunca se liaría con un casado.
Nada más entrar en el bar levantó el brazo para que la reconociese, era tan y como me conto, rubia con el pelo largo, ojos azules muy claros, 155 cm, un cuerpo delgado pero muy bien formado, con un culo respingos y muy prieto, y unos pechos muy generosos.
Nada más verla decidí que me gustaba y la deseaba, empezamos a hablar y a desayunar, reímos y nos contamos nuestras vidas, si estuvimos cerca de una hora, ya eran casi las 08:00, cuando me dijo que era una lástima que fuese casado porque me deseaba con lo
cura, se levanto y me dijo que tenía que ir al baño, se levanto y al alejarse no pude dejar de mirar su culo, enfundado en una falda cortísima y muy apretada, justo antes de entrar al baño me miro con una mirada muy picara, lo que encendió mi deseo por ella, me levante y me dirigí al baño, llegue justo antes que cerrase la puerta con el pasador, entre rápidamente y la empuje contra la pared, cerré la puerta y puse el pasador, ella se quedo muy parada y me dijo que saliera, en ese momento me abalance contra ella y la bese con fuerza y pasión, noto mi excitación al instante mientras mis mano se colaba por debajo de su mini falda, llevaba tanga y estaba húmedo, deje de besarla y le mire a los ojos, sus ojos me pedían más, eran de lujuria notando mis dedos acariciando sus labios, buscando su clítoris, me desabrocho el pantalón estaba dura y preparada, apoyo su pierna en el wc y me acerco mi verga a su ardiente vagina, se la calve de un solo golpe, y su gemido se pudo escuchar en todo el bar, la cogí en brazos y con su espalda en la pared empecé a bombear con fuerza, eran unas envestidas fuertes y muy profundas, tan fuertes que sus enormes pechos acabaron saliéndose del top y pude comérselos y mordérselos, no tardo en tener un orgasmo y me pidió que yo también lo tuviese con ella, fue rápido pero muy intenso.
Al dejarla se sentó en la taza justo a la altura de mi verga que todavía no estaba flácida y se deleito comiéndosela durante un rato, haciendo que yo tuviese un segundo orgasmo en su boca, me miro de nuevo con su mirada de lujuria, y e hizo prometerle que repetiríamos el desayuno mas veces…